Discurso Sobre “Privatizar La Seguridad Social”

Aunque puede que no le guste escucharlo, pero es la verdad: el Seguro Social está en dificultades. Aunque la política más crucial de Estados Unidos no es la amenaza de ir a la quiebra y traerá pagos a muchas épocas de ex trabajadores por venir, su reciente plan de pagos no es soportable.

Según el último artículo anual de la Junta de Fideicomisarios del Seguro Social, el Seguro Social experimentará una gran transición este año. Por primera vez desde principios de los años ochenta, la póliza pagará más en ventajas de lo que obtiene en ingresos. Con la anormalidad del año dos mil diecinueve, esta salida neta de efectivo solo se desea crecer con cada año que pasa, concluyendo en el agotamiento total de sus dos coma nueve billones de dólares en existencias de activos para el año dos mil treinta y cuatro.

Como se informó, la existencia del impuesto sobre la nómina del doce coma seis por ciento y, en pequeña importancia, la tributación de las ventajas, asegura que la riqueza comenzará nuevamente a fluir hacia la Seguridad Social, que luego puede gastarse en sucesores capaces. El Seguro Social resistirá, hay pocas sospechas al respecto.

No obstante, su plan de pago deberá modificarse si cesan sus existencias de activos. Según los Fideicomisarios, y en general se puede desear recortar las ventajas de hasta el veintiuno por ciento para el año dos mil treinta y cuatro si el Congreso no encuentra una manera de resolver la escasez de efectivo de trece coma dos billones de dólares del Seguro Social entre dos mil treinta y cuatro mil noventa y dos.

Es este inminente déficit de efectivo lo que ha hecho que los legisladores en Washington aparezcan con formas de mejorar el Seguro Social durante décadas. Entre las docenas de explicaciones formuladas estaba la idea de privatizar total o parcialmente el programa.

 La impresión de privatización parcial avanzó mucho en el año dos mil cinco cuando George W. Bush era presidente. Aunque las reformas de privatización de Bush dejaron de funcionar para llevarse a cabo, la idea de privatizar la Seguridad Social se ha mantenido sin embargo. Con esto en mente, echemos un vistazo a algunas de las opiniones más conocidas.

La ventaja más notable que daría la privatización es la capacidad de invertir sus ventajas de jubilación como mejor le parezca. Ahora mismo, la Seguridad Social invierte la totalidad de sus acciones en bonos de emisión especial y, en pequeña medida, certificados de apreciación, que están reembolsando en promedio dos coma nueve por ciento anual.

En comparación, el mercado de valores históricamente ha reembolsado el siete por ciento anual, incluida la reinversión de ingresos y cuando se modifica por inflación. Determinando la edad de los trabajadores estadounidenses que estaban dispuestos a ceñirse a sus inversiones durante un período prolongado (el S&P 500 nunca ha transmitido una falla durante un período continuo de 20 años), deberían poder superar el rendimiento actual de las reservas de inversión del Seguro Social. En estrategia, debería implicar más gente de Estados Unidos en terreno firme durante la jubilación.