Discurso Sobre “El Momento Más Feliz Que He Tenido”

Una cordial bienvenida a todos y cada uno de los aquí presentes. Es un placer ser parte de esta reunión y compartir el momento más feliz que he tenido con todos ustedes. Todos tendrán sus propios deseos, puede ser tan simple como comprar un helado o construir su propia casa.

Como cualquier otra persona. También soy una persona que se alegra fácilmente por las pequeñas cosas, y esto se debe a que en los días ocupados a menudo nos olvidamos de apreciar los momentos y, a menudo, nos dejamos llevar en una carrera para completar la rutina del día. Pero aparte de todo esto, el día más feliz de mi vida es cuando aprendí a defenderme a mí mismo y a mi decisión.

Durante mi escuela secundaria, llegó un momento en que tuve que decidir qué hacer en la vida a continuación, había tomado la decisión de que quería convertirme en médico por cualquier medio, sin importar lo difícil que fuera.

Pero en una familia llena de ingenieros, sabía que sería muy bueno convencer a mi familia de mi decisión. Siempre que iniciaba una conversación de que quería convertirme en médico, siempre me ignoraban. Sentí entre mi obstinada hermana, lo que pensaba que no importaría y, como resultado, nunca expresaría mi opinión sobre mi futuro.

Pero llegó el día en que despejé la entrada a esta prestigiosa universidad. Estaba eufórico, ya que la prueba era realmente difícil y uno de cada cien podría superarla. 

Estaba realmente orgulloso y cuando le informé a mi familia sobre esto, para mi sorpresa a nadie le interesaba, como de costumbre, me hicieron oídos sordos y me siguieron forzando e intentando influir en mí para que optara por la ingeniería en lugar de medicamento. Esta vez pensé que ya era hora de hablar por mí mismo. Ese día, me quedé apegado a mi decisión y le dije a mi familia que me gustaría hacer medicina.

Como de costumbre, no fue acogedor. Seguí firme en mi decisión y no me arrepiento hasta hoy. Si tan solo hubiera cedido a sus opiniones, habría llevado una vida con el menor interés y la culpa de no enfrentarme a mí mismo. Ese es el día en el que fui más feliz porque pude tomar una decisión y demostrar que no me equivoqué.

Pasaron los días y llegó el día de mi graduación. Mis sueños se hicieron realidad. Fue el día más feliz de mi vida. Toda la lucha y todo el dolor valieron la pena. Mientras bajaba del escenario sentí una sensación de alivio y satisfacción dentro de mí. En este punto me gustaría enfatizar que no importa cuán grande sea tu sueño, un pequeño te llevará a una vida llena de satisfacción y felicidad. Espero que este discurso pueda inspirar. y ayuda a alcanzar tus sueños.

¡Gracias!